En mi pequeña aldea rodeada de montañas rocosas y verdes, caminos de tierra que huelen a hierba y leña, vivo yo, una mujer sencilla, fuerte y con alma de cocinera. Cada mañana, antes de que el sol se alce del todo, voy a caminar descalza por mi huerto. Saludo a las gallinas, riega mis tomates, recojo hierbas aromáticas… y hoy, como cada final de verano, encuentro calabacines en su punto justo. Ni muy grandes, ni muy tiernos. Perfectos.
Mientras los recojo, pienso:
—“Siempre los uso para tortillas o salteados… pero hoy quiero algo distinto. Algo suave, que caliente el cuerpo y también el corazón.”
De vuelta en la cocina de hierro, con una ventana que da al campo, empiezo a improvisar. No sigo recetas escritas algunas veces. Cocino con el instinto que me dejaron mi madre y su abuela: ese que se huele, se escucha, se prueba.
Receta de Crema de Calabacín con Garbanzos y Yogur
Ingredientes (para 4 personas):
2 calabacines medianos1 taza de garbanzos cocidos (puedes usar de bote o cocinarlos previamente)
1 cebolla pequeña1 diente de ajo
1 cucharada de aceite de oliva
1 litro de caldo de verduras (o agua)
200 g de yogur natural (sin azúcar)
Sal y pimienta al gusto
Comino y pimentón dulce (opcional, para un toque de sabor)
Unas hojas de menta o cilantro fresco para decorar (opcional)
Instrucciones:
Preparar los ingredientes: Lava bien los calabacines, los pelamos (reserva la piel) y córtalos en rodajas o cuadraditos. Pica la cebolla y el ajo finamente.

Servir y decorar: Sirve la crema caliente en tazones. Si quieres darle un toque especial, decora con unas hojas de menta o cilantro fresco.






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